Brasil tiene una larga historia de apuestas, que se remonta a décadas atrás, antes de la Segunda Guerra Mundial. En 1946, las apuestas en Brasil ya eran una actividad popular, que cobró impulso a la velocidad del rayo. Esto llevó a las autoridades a promulgar la llamada Ley de Contravención Penal.
La ley buscaba prohibir todas las actividades de apuestas no reguladas en el país, sacudiendo toda la escena del juego de la nación hasta la médula. Sin embargo, el gobierno de Brasil no anticipó las apuestas en línea. Después de todo, ¿quién esperaba una transformación tan dramática en el mundo de las apuestas en ese entonces?
A principios de la década de 2000, ya estaba escrito en la pared que Internet se apoderaría del mundo. De hecho, los juegos de azar en línea se convirtieron en un tema candente en el país, ya que el gobierno brasileño no tenía un mecanismo para evitar que los ciudadanos apuesten en línea.
Como tal, se aprobaría un proyecto de ley para prohibir los juegos de azar en línea. ¿Tuvo éxito? Realmente no. Con el uso de Internet extendiéndose tan rápido, esto resultó ser un ejercicio inútil. Además, Brasil todavía es un país en desarrollo, por lo que no tenían suficientes recursos para invertir en tecnología para evitar que las personas apuesten en línea.
Más tarde, el gobierno de Brasil haría otro intento ineficaz de prohibir los sitios de apuestas en línea en 2009. La medida fracasó terriblemente, pero el gobierno no se detuvo ahí. Otro intento fallido involucró prohibir a los procesadores de pagos realizar transacciones con plataformas de juegos en línea en 2010.
Indulto Temporal
Gracias a la Copa del Mundo, esta prohibición de los juegos de azar en línea se levantó temporalmente en 2014. Las autoridades brasileñas vieron esto como un evento lucrativo que generaría muchos ingresos. En ese momento, los brasileños podían apostar en deportes y loterías ofrecidos por Caixa Economica, una institución financiera estatal.